lunes, 1 de marzo de 2010

DESEXILIO, INVENCIÓN DE MARIO BENEDETTI



Desexilio fue la palabra que Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia (Mario Benedetti) inventaría antes de llegar a su país natal, Uruguay, luego de la dictadura. Esta misma palabra utilizaría para apesadumbrar la soledad en que se había afincado después de la muerte de su esposa, Luz (suspendido en el silencio), había cumplido 86 años. ¿Quién diría que después de dos años la palabra desexilio la utilizaría su alma? Esta es la realidad del poeta: la soledad y la tristeza.

Mario Benedetti luchó, mientras la fuerza poética le sobró, contra la muerte (había sido ingresado en el último año cuatro veces al hospital) eso lo comprueba su libro: testigo de uno mismo donde él testimonia su veracidad literaria. La poesía estaba en su sangre, eso lo corroboran sus más de ochenta libros publicados. El gobierno de Uruguay decretó duelo nacional por su muerte, la gente lo despidió como él siempre quiso, con miles de bolígrafos sobre su tumba, así lo pidió en sus versos: por favor no se olviden/de mi bolígrafo.

Mucho se ha dicho si el poeta muere o queda vivo en su poesía, Benedetti lo sintetiza en sus versos: y el sueño es nada más que una vacía/sinopsis de la muerte, déjenle… Sólo está soñando, sólo está en busca de la luz. Antes de morir y cumplidos 88 años preparaba un nuevo texto Biografía para encontrarme, el poeta no tiene descanso, la palabra está en su sien y tiene que transformarlo en poema: ni mañana/ni dentro de diez días/tendré/lo que se dice/tiempo, lúcido ante la muerte, ese es el camino del poeta, la constante búsqueda de su yo.

Desexilio, esta palabra le ayudó mucho en su constante evasión a la muerte, muchos todavía lo revivimos en sus libros, hay que recordar que la policía militar de Uruguay le persiguió por el mundo para que cumpliera la pena de muerte que pesaba sobre él, es por eso que la tristeza lo invadió, pero con la ironía –característica propia de Mario- supo sobrevivir aunque la luz haya partido en su vida. Hoy permanece asilado allí donde todos iremos algún día, en el desexilio.


ALMOHADAS
Hay almohadas de pluma
hay almohadas de siesta
de lana
de vientre
de muerte
pero no todas
están
en el secreto
ni todas saben
evacuar
las consultas

la tuya tiene
un pozo
donde ajustas
la nuca
y en las noches
amargas
hundes
ojos y lágrimas

De próximo prójimo




EL OLVIDO

El olvido no es victoria
sobre el mal ni sobre nada
y si es la forma velada
de burlarse de la historia
para eso está la memoria
que se abre de par en par
en busca de algún lugar
que devuelva lo perdido
no olvida el que finge olvido
sino el que puede olvidar

De yesterday y mañana

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