lunes, 28 de febrero de 2011

LA VOZ POÉTICA DE MARÍA FERNANDA ESPINOSA



Todavía recuerdo como fue el primer encuentro con la poesía de esta poeta ecuatoriana. En la Casa de la Cultura, el viento se sobreponía por sobre mi cabeza como un trapecio. Sus ojos se filtraban en una rama invisible, en la gente, que atenta a su voz se rejuvenecía en las metáforas andinas, misteriosas, casi chamanicas: "Comes / me carcomes / soy viento y selva / no manzana..."


El discurso poético de María Fernanda Espinoza está inmersa en el pasado, en ese torbellino de fotografías impregnadas en el presente, en su memoria, así lo podemos leer en el poema Mano negra: "Tu mano negra... / concha prieta / trompo de coco / tiznado en la memoria". Memoria que lo retrotrae en la escritura como un tatuaje de selva. Memoria que engaña al silencio, en ese espacio donde se concentran los vicios del pecado ...la escritura me pongo como manto, nos dice en el poema Cuento.


En estos versos podemos vivificar la mujer hermosa que chapucea en el agua. Ahí se transforma. Vuela. Sueña. Construye. Destruye. En Loba triste la poética de María Fernanda nos enlaza en un páramo, donde los seres humanos hablan con los pájaros, como en un rito andino, para luego, pedazo a pedazo, reconstruir el país anhelado. El país amado: "Lo temporal está en nosotros / como en las ranas su metamorfosis. / Atados a la escritura... / Así el pasado permanece / empoemado"


María Fernanda Espinosa (Salamanca, España, 1964) ha publicado los poemarios: Caymándote (1990), Tatuaje de selva (1992), Loba triste (2000), Antología (2005)


POEMAS:


EN TUS OJOS CERRADOS


Me acogiste en el hombro
de alguno de tus dioses

me enseñaste que el mar

es ese Otro Siempre Ido

que cada vez que mira

la luna en medio cielo

piensa que es el tatuaje

de un amor embrujado


Me acogiste en tu hombro

y en tu pelo de niebla

cuando cayó la lluvia

coas leve

final y fruta

de tus ojos cerrados



XVII


Te imagino

te sigo

te siento

dibujo tu cuerpo

con sombras y todo

pero esto se llama despedida

aprender a pensarme sin ti


no habrá rincón que no te devore


no habrá indultos

solo un desierto

un invierno cien pies


MANUELA


Eterna salamandra

reflejo que se posa en paredes y ranuras

tu historia se teje

en alfombras de musgo y verano

amaste sin orillas

pies descalzos

trenzas agua suelta y polen

bata húmeda pegada al cuerpo en cada pliegue

más allá del frío y el verso

más acá de los destierros verbales

y las cárceles de flores




martes, 15 de febrero de 2011

400 CUERPOS DE ROY SIGUENZA




Cada vez que leo la poesía de Roy Sigüenza (Portovelo, 1958) acude a mi cabeza las noches donde el amor acudió a cicatrizar mis heridas. Así, el libro "Catrocientos cuerpos" es una llamado furtivo a eros desnudarse en la noche: Iré qué importa / caballo sea la /noche, nos dice en el poema, Piratería.
Frases cortas. Pequeñas palabras, pero que en su contenido abundan las ideas, al contrario de lo que se está escribiendo en la actualidad con los noveles poetas "canónicos", frases largas sin ningún sentido sensitivo e imaginativo, una muestra es el poema Conocimiento: La sangre tatuaba en tu espalda / un signo incomprensible que bebí. La brevedad de estas líneas quedan atrapadas en la mente del lector como un deseo utópico.
Leer a Roy Sigüenza no es fácil, se necesita alta dosis de sensibilidad, poder soñar e incluso, dar paso a la imaginación. Sus poemas quedan adheridos al corazón. Sus versos no pueden estar pasivos, ellos mismo revolotean, cambian de forma.

Así, dejo a ustedes unos poemas de este libro:


AGOSTO




el viento se esparce por las ramas de los árboles


el rostro de mi amado por la hierba




LA VISITA DEL ÁNGEL




tu cuerpo nada pide




una presencia en el aire


la mano que abre o cierra las puertas




talvez en los trechos de la noche


el jardín de la estadía




II




La vida, como la muerte, mancha;


pero no es lo único que hace:


a menudo me olvida en el bar


donde te espero y nunca llegas




III




Me acuesto y me levanto con la cabeza llena de ti.