martes, 15 de febrero de 2011

400 CUERPOS DE ROY SIGUENZA




Cada vez que leo la poesía de Roy Sigüenza (Portovelo, 1958) acude a mi cabeza las noches donde el amor acudió a cicatrizar mis heridas. Así, el libro "Catrocientos cuerpos" es una llamado furtivo a eros desnudarse en la noche: Iré qué importa / caballo sea la /noche, nos dice en el poema, Piratería.
Frases cortas. Pequeñas palabras, pero que en su contenido abundan las ideas, al contrario de lo que se está escribiendo en la actualidad con los noveles poetas "canónicos", frases largas sin ningún sentido sensitivo e imaginativo, una muestra es el poema Conocimiento: La sangre tatuaba en tu espalda / un signo incomprensible que bebí. La brevedad de estas líneas quedan atrapadas en la mente del lector como un deseo utópico.
Leer a Roy Sigüenza no es fácil, se necesita alta dosis de sensibilidad, poder soñar e incluso, dar paso a la imaginación. Sus poemas quedan adheridos al corazón. Sus versos no pueden estar pasivos, ellos mismo revolotean, cambian de forma.

Así, dejo a ustedes unos poemas de este libro:


AGOSTO




el viento se esparce por las ramas de los árboles


el rostro de mi amado por la hierba




LA VISITA DEL ÁNGEL




tu cuerpo nada pide




una presencia en el aire


la mano que abre o cierra las puertas




talvez en los trechos de la noche


el jardín de la estadía




II




La vida, como la muerte, mancha;


pero no es lo único que hace:


a menudo me olvida en el bar


donde te espero y nunca llegas




III




Me acuesto y me levanto con la cabeza llena de ti.

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