domingo, 30 de octubre de 2011

PEDRO HERRERA: IMÁGENES PERPETRADAS PARA LA MEMORIA






1.

Muchas veces el artista pasa desapercibido en las calles. Otras, se moja en la lluvia por no tener un paraguas. Sus ojos vagan en aquellas instancias en que la vida les requiere, en las cumbres más altas del espíritu. A ellos se los puede encontrar en cualquier parte, sea un bar, un mercado, un autobús.


Cuentan que a Dylan Thomas lo veían pasear, a menudo en los bares del Greenwich Village, en medio de sus borracheras contemplaba a los pájaros, en esos vuelos, contrariado se condenaba en un verso. Así mismo, César Dávila Andrade moría en cada cigarro que llegaba a su mano. estas hisrotias que tejen leyendas hieren mi espíritu.






En esa mentira en que me veo abocado surge una pregunta ¿Dónde se encuentra el tiempo que tienen los artistas para escribir, para recrear un lenguaje ensimismado en la encarnación del poema? ¿Dónde, en qué lugar se estacionan a recobrar un rato de lucidez?


Tristán Tzará resumiría en pequeñas líneas: "la poesía no es únicamente el producto escrito, sino una manera de vivir"


2.

Al visitar a Pedro Herrera en su taller, lo primero que uno encuentra es una puerta cerrada, entiendo que el artista hizo una buena lectura de Fray Luis de León: "¡Qué descansada vida/ la del que huye del mundanal ruido!" de a poco, construye la soledad vital que necesita para recrear su obra. Ese ensamble, requisito para fraguarse en las aguas dicotómicas que la libertad confina en la inspiración.












¡Quién sino la oscuridad de una taller artístico para desnudar la verdadera creación de su arte!



Tres cuartos prefiguran su taller. El primero, la del hombre normal, trabajador como cualquier ser humano. El segundo, el lance de juego de dados, es aquí donde reposa su obra. Sus cuadros aparecen vertiginosos en el cosmos de Pedro Herrera. Esa obsesión por comunicar, a su vez desmitificar al ser occidental, su ourovourus. Esa serpiente que constantemente se muerde su cola, esa serpiente que nos remite al pasado, que nos enlaza al Pacha-tiempo, donde está nuestra memoria.

El tercero, el más importante, donde el camino al Sumak Kausai revela identidades, en ese intersticio es donde Pedro Herrera busca su origen. Ingresar a ese recóndito lugar: donde lo ritual y lo mágico prefiguran sueños, donde libros se pierden en la vaguedad de un espacio calcinado en espejos destrozando paradigmas disímiles. Por que así es su vida, inconoclasta en la corriente estilística del artista burgués.




Su taller no es un museo, es el hábitat donde la poesía pone de manifiesto lo que el poeta dice de sí mismo. Por eso, cada momento que lo visito mi mente reprime a la muerte, condensa a la llaga del tiempo en una encarnación de la mudez, reaviva el arte; simplemente, con un grito shamanico acelera el deseo de creación que se encuentra oculto en mi espíritu.


3.


Pedro Herrera es un poeta surrealista. Abstracto como su mundo interior, prioriza la sunjetividad y ensalza el significante, ese es su punto de quiebre en el arte. Diego Velasco para explicar la relatividad de "lo real" en la imagen fotográfica de Pedro Herrera, asevera:




"durante mucho tiempo, la sociedad racionalista de occidente pensaba que la fotografía era un registro perfecto de la vida... Sin embargo, la fotografía naturalista y la realista, no fueron más que la última consecuencia de la neurosis de la pintura y del arte renacentista europeo, angustiado en retratar en dos dimensiones, es decir en el plano, una ilusión de profundidad. Aquel intento obsesivo e ingenuo que perseguía contener en un plano las multidimensiones, devino también una regla para la fotografía" (Velasco Diego: 2010)


Pedro Herrera revela en su obra dos etapas. El aparecimiento de la imaginación poética, inmerso en los conflictos existenciales, sucedido entre la idea y el desajuste de la realidad (¿neo-realidad?) donde el ser humano se muestra frío, donde su vida es un constante absurdo, esa especie de recoveco oscuro donde las puertas de salida no existen, un abismo en que desolación y tristeza se condensan en un cuadro sempiterno.


La segunda etapa, la re-significación del arte: André Breton, forjador del surrealismo admitiría: "Nosotros reducimos el arte a su más simple expresión, que es el amor" (En Ayala Freddy, La Metálica Luminosa)


Una mujer desnuda en medio de la noche, detrás, en un plano profundo, dos árboles mimetizan la tristeza de esta mujer, mitad pájaro y la luna sometiendo a este cuerpo lacerado. Así se condiciona el ser humano ante la belleza oscura de la naturaleza. Densa una gota de agua cae, silenciosa, como suicida y una paloma blanca levantando vuelo entraña un estado de desesperación ante las aguas regadas en el olvido.


Otros cuadros que buscan la cotidianidad y resbalar en lo inesperado. Recuerdo a Cezanne, tanto en The Blue Vase como en el cuadro A bouquet with China. Flores urdidas de sentimiento sobre puertas cerradas o nadando en lagos coloridos ante cielos claros. De a poco, Pedro Herrera imanta magnetismo mágico entre el ayer y el ahora perpetrando imágenes sucedidas para la memoria.


(Tomado de la revista Ojos de perro azul 2...)

sábado, 8 de octubre de 2011

MI PADRE EN LAS RIELES DE SUMPA

CASA DE SOLEDAD TIENE EL HONOR Y LA ALEGRÍA DE INVITAR A LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE POESÍA: MI PADRE EN LAS RIELES DE SUMPA, DEL ESCRITOR FREDDY AYALA PLAZARTE.




LUGAR: SALA BENJAMÍN CARRIÓN CCE

FECHA: MARTES 11 DE OCTUBRE DE 2011

HORA: 19 HORAS


Acerca del libro, Diego Velasco dice: "la obra de Freddy Ayala Plazarte atestigua el lúdico reencuentro con sus identidades ecuatoriales. Este poeta de inicios del siglo XXI, tal cual lo hicieron los vanguardistas andinos de hace una centuria, se asume en el tiempo/espacio Pacha del omnipresente; tocando los acordes del pasado/futuro cíclico; tarareando juguetón las ancestrales polifonías de aquella nación multicultural y milenaria, a la que se sabe con orgullo pertenecer"


Por su parte, Cristian Avecillas anuncia: "Para la quietud, el ancestro: el padre y los Andes, el abuelo y el fuego, la madre y la nostalgia, y el silencio de la sierra ecuatoriana; para el viaje, Sumpa, Sumpa y sus amantes, Sumpa y los eriales frente al mar, y el mar. Por originario y ancestral, de aquellas tierras que conforman la actualmente denominada península de Santa Elena"


Esperemos que asistan a esta fiesta de la poesía...