lunes, 28 de junio de 2010

LIBRO:




CASA DE SOLEDAD
(Cristian López. T)

Pórtico al autor


El Poeta Cristian López, con esta su propuesta literaria: Casa de Soledad, nos invita a entrar al recinto donde Tánatos y Las Keres aguardan el instante preciso para comenzar sus ajetreos, sus liturgias: entre la piel, las raíces, los huesos y esa madeja, de sueños y proyecciones, que se deshacen en la memoria.

Él nos alerta:

…”la muerte es independiente
al vuelo de los pájaros
ordena su figura en la noche
en el día es niebla y también es caza”…

Nos sitúa frente a la casa de la soledad sin salvoconductos, otorgándole su calidad de realismo sin tapujos; simplemente es “ella”, la de todos los días, la que nos sigue, intentando dar alcance a nuestra sombra, para saberse contradictoriamente, por un instante viva.

Abrámonos a la existencia de esta Casa, tan parecida a la nuestra; y expandamos el asombro de su poesía cuando el autor trafica en una suerte de dimensiones yuxtapuestas de la vida, desde una perspectiva casi chamánica, en un sobrevuelo entre diferentes planos que se topan siempre; cuando él contempla la altura, nos dice:

…”desde ahí arriba,
donde las gaviotas amanecen llorando
te miro desnudo,
convertido en ausencia
aletargando tu huida”…

Así el poeta, con una propuesta de acercarnos a reconocer la finitud del cuerpo, se completa en el acto de volver a las raíces de los antepasados y en este viaje se pregunta:

…¿”quien encuentra en el verbo
una lágrima removida del olvido”?...

Y nos deja en suspenso con una interrogante colmada de una desgarradora ternura. Ungido en su pesar, se nos presenta en el aquí y en el ahora pronunciando:

…”mientras tanto, nosotros
permanecemos enredados
en el miserable lago del recuerdo”…

Ese dolor con doble fondo: el de la pérdida y aquel de persistir en el recuerdo de la ausencia, es manejado sin embargo, con profunda delicadeza. Otras veces, el poeta es un comprometido espectador in situ declarando:

…“tu mirada tenue liberada de temores
se aleja silenciosa
derramando una bruma ocre
abandonándose en esta piedra solitaria
adhiriéndose al olvido
descascarándose en un otoño”…

Cristian López hace también un recuento de la ausencia, de sus seres amados y consigue que nos identifiquemos con el trance de aquella pérdida, que por razones culturales la hemos revestido de temores, la tenemos bajo llave, haciéndonos los desatendidos de la muerte y de su presencia omnipotente; en el poema de dedicado a su abuela dice:

…tu vuelo nos mermó de raíces
y secundados a la sombra
imprecamos tu nombre,
tus piernas,
tus labios,
es posible que estés acurrucada
debajo de mi axila
porque siento un respirar constante
en mi exilio…

Así, el poeta nos pone el deceso filial enfrente, como un modo de conjurar, de sacarlo de esa solemnidad que lo sitúa distante, que lo deja en el traspatio; esa exclusión afectiva que hace aparecer a la muerte como desmesurada y perversa en una sociedad que brinda culto a las marcas, a los sellos; que supuestamente nos abren las puertas del falso paraíso de los shoopings y el merchandising; en suma del Gran Dios del consumismo...

Con su poesía Cristian López nos invita a celebrar la vida y por ende, también a celebrar la muerte.

Wilma Borchers C.
(Los Vilos-Chile)





CRISTIAN LÓPEZ. Quiteño. Se desempeña como narrador y poeta. Tiene estudios realizados en Lenguaje y Literatura; y, Comunicación Social, ambas en la Universidad Central del Ecuador. Ejerce la Cátedra en colegios secundarios del país. Se ha desempeñado como difusor cultural en distintos medios de Comunicación Social. Ha colaborado con artículos en la prensa escrita. Fue ganador del concurso Interfacultades, Premio Universidad Central; obteniendo la medalla de oro. Actualmente, es director de la revista Ojos de Perro Azul. Integra los talleres literarios de la Casa de la Cultura, dirigidos por el poeta Diego Velasco. Fue representante por Ecuador en el I Encuentro Internacional de poesía: “La poesía reverdece la tierra”, realizada en Tumbes, Perú.

POEMAS:

PROGENIE

(fragmentos)


La luna somete a los cadáveres a la sombra, la acecha en silencio, se atusan abrazados en el desorden al que se entregaron. El verbo murió en la carne. El verbo se deshizo en la palabra. La muerte en sus ojos se encuentra abandonada, así como el mar, alejado del mundo, de la sal, de lo efímero que significa respirar, alejados del amor, de ese dios funesto, de la historia. Pues no conocen amor más cercano que el silencio.

¿Dónde reposan su fe?

¿En el desierto, en el seno fecundo de la tierra?

***************

Detrás de sus pelos sucios, por sobre encima de la espalda, sus palabras se desvisten ¡HAY POESÍA MÁS HERMOSA QUE LA DE UN MUERTO! El camaleón tartamudea, ha perdido su color, el temor se ha apoderado, ha venido tal un jinete borracho, ha llegado agonizando, sangrando, destruyendo el lamento, sus huesos han predispuesto su tristeza.

Una mordaza atranca sus voces, un rastrillo de luz se esparce por sus cuerpos.

***************


Creo es cierto que el verso desmenuza el canto de la mañana, que la voz es un desierto donde integra cuerpos sin cabeza, donde el beso no es más que un pájaro hambriento; ahí la voz es una noche de luna llena, un escombro de rodilla desnuda.
Ahí donde la voz hiere la memoria aparecen estos cuerpos magullados, lacrados… los rayos del sol frenéticos abandonan su estirpe para vengar sus descansos transitorios, ahí es donde el verso toma cuerpo, ahí es donde, celosa, aguarda el vacío de la palabra…

FÁBULE

Los cuerpos reposan donde el verbo
Se transforma en poema

***

La historia es una escultura que se hace
En la madeja ambigua de lenguajes:
La palabra,
Prevé un mundo nuevo
Una duna que baila sobre el rastro del amor
Rezando para no convertirse en sueño
Extendiendo sus alas sopla temerosa
A la noche que desciende
Despeinada en el espejo


***


Dentro del restrojo de cuerpos
La mies del amor
Coagulada se evanece
Al tiempo que el viento enamora
Campos desiertos
Donde los huesos se desnudan
Y se aferran a los brazos
Uniéndose en sueños
Anhelan cuerpos llenos de bocas

¿dónde posan su huella?

lunes, 21 de junio de 2010

ENTREVISTA:

Johanna López Santos



El tiempo es un torturador que hace indiferente a las personas. Tuvimos que esperar casi un mes para poder concertar una cita con la poesía, Johanna con su trabajo en la arquitectura yo en el vagabundeo estudiantil. A ese tiempo teníamos que derribar, creo que lo logramos.

Miércoles por la noche: en un café de la Amazonas, la noche acuciaba un silencio extravagante, la gente caminaba rápidamente en busca de algo que no podía ver. Miré a mí alrededor y la vi, era Johanna, sentada en una silleta, en la esquina de la vereda. Saludamos, ingresamos hacia el interior del local, hacía calor.

Llegó el mesero, pedimos una güitig y un par de cafés, así dimos inicio a nuestra corta pero seductora conversación:


Comencemos desde el principio, ¿cómo Johanna se encuentra con la poesía?

En cualquier momento dado todos los seres humanos convivimos con la poesía, la mayor cantidad de gente escribe porque se enamora. Desde mi punto de vista existe una llama en el colegio que nos dice por qué no escribimos, así empezó mi encuentro con la palabra poética.

¿Qué te devela la poesía?

La poesía es un punto de fuga. Yo no podría estar sometida, como si lo está Isabel Allende por ejemplo, a escribir. Ellos necesitan escribir uno o dos libros al año para sobrevivir económicamente. Yo escribo sin obligarme.
La poesía es un punto de vivencia, un punto donde se puede hacer real todo lo irreal.

¿Qué significa para ti vivir de la poesía?

Yo vivo de mi poesía, claro no económicamente. El hecho de encontrar y conversar con gente desconocida es vivir de la poesía. En el taller de la Casa de la Cultura teníamos claro el panorama literario en el Ecuador, lo difícil que significa publicar un libro, sabíamos que todo debía hacerse por autogestión.
En el medio ecuatoriano existen escritores que viven de sus publicaciones, en cambio, yo vivo de mi poesía escribiéndola, concentrándome, sintiéndola.


Cuéntanos de la experiencia sobre los talleres de la casa de la cultura


Inicialmente, entre el 2000 y 2001, asistí a los talleres con el escritor Edwin Madrid, este taller me ayudó a romper esquemas, tenía apenas 20 años, era la más niña, fue un cambio esencial en mi vida, el modernismo había influido en mí.
Cinco años más tarde ingresé nuevamente a los talleres, los dirigía el poeta Diego Velasco, este proceso fue más interesante, no desmerezco el proceso de Edwin, pero no se obtuvo ningún producto literario, la gente se disipó. Con Diego, al contrario se obtuvo un espacio de creación. Tuvimos tres grupos y todos debíamos pasar por los tres géneros literarios: poesía, narrativa y dramaturgia. Así se generó híbridos literarios.

Al final se realizaron cuatro grupos: Babel, Ultimátum, cabezuela, y otro que nunca tuvo un nombre.

En torno a tu obra, en Certezas Híbridas involucras los tres géneros literarios: poesía, narrativa, dramaturgia, con eso te crees una poeta completa

El nombre de poeta y escritora solo son cánones, lo importante es proponer un sentido inusual de lo que se lee.
En los años 80, donde comenzaron los talleres literarios con Miguel Donoso, salieron muchos grupos literarios como el Matapiojo, la Pequeña Lulupa, ellos terminaron escribiendo igual. La diferencia con nuestro grupo es que compartimos así variamos propuestas.
Si aceptamos que existe una certeza en la sociedad se mata la posibilidad de que exista algo más. En mi libro, certezas híbridas, no existen certezas. La sociedad es híbrida, híbrida de cosas.

Si dices que no existen certezas, entonces quién es Johanna


risas) Lo más difícil es retratarnos. Soy una persona que busca atravesar espacios, soy una persona que busca crear.
En la arquitectura creo espacios desde una necesidad. En la literatura se crea espacios, pero estos no son necesarios.
El arte es creación y es un todo. La literatura después de mucho tiempo exige un género, por lo tanto busco eso, un nuevo género.



¿Qué hace diferente a tu grupo, cabezuela, con la propuesta que realizaron los tzánzicos?

Nosotros no queremos romper nada, ni devaluar trabajos literarios, queremos elaborar nuevas formas, yo no creo que haya originalidad en las cosas. Si ves una silla, por más que sea hermosa, tiene el mismo concepto.
Se debe presentar la obra, deconstruir expresando ideas nuevas. Los tzánzicos son un grupo importante, son más de 40 años de propuesta, el proceso está en generar una especie de movimiento, gente que esté viva. Si entre los ecuatorianos no nos damos las manos estamos en el acabose.

Si no existe la originalidad, ¿cómo crear?


Se crea desde nuestro punto de vista. Cada ser humano tiene su propio espacio. Si existe una columna cuadrada y nosotros miramos redonda estamos creando.
Nos han vendido un discurso donde nos hicieron creer que somos libres de escoger, es mentira si se rompen cánones somos extraños. Hay que romper proponiendo algo novedoso, más no original.


En tu obra juegas con parámetros, es un rompecabezas, ¿cómo influyó tu profesión, la arquitectura en tu poesía?


La arquitectura es un juego de espacios, un juego dual. Donde hay oscuridad el arquitecto pone luz y donde hay luz el arquitecto pone oscuridad.
En la literatura, si hacemos un retroceso hasta el modernismo, todas las artes fueron de la mano, si hablamos de pintura, arquitectura, de literatura, todos tienen un punto común, pero en las artes existió un punto de quiebre, que se refleja en la posmodernidad.

En la literatura no existe el constructivismo, en cambio en la arquitectura existe. Entonces, hay que retomar el hilo umbilical que nos hace percibir el espacio de una manera distinta.

Certezas híbridas es un proceso de taller, pero también habla mucho de mí.


(Esta entrevista aparece en la Revista Ojos de Perro Azul)



Johanna López Santos
(1979).Quiteña. Estudio en la Universidad Central del Ecuador, graduándose de arquitecta. Desde el 2005 integra los talleres de la CCE, dirigidos por Diego Velasco. Integra el Grupo de Creación Literaria "La Kbzuhela". Tiene publicados los siguientes títulos: Certezas Híbridas (2007), Sextigmas (2009). Su libro de poesía Nimo, recibió una mención de honor en el concurso Todo Poético de Argentina.

sábado, 19 de junio de 2010

DIAKRONÍAS: Invitación abierta




Te invitamos a Diakronías 2010
Recital de cuentos de Largo Aliento
Martes 22 de junio
Cafélibro



mis sueños son como un espejo donde
se reflejan todos los hombres,

Cristian López


martes, 15 de junio de 2010

TIERNA FICCIÓN



recomposición del trabajo literario


El Internet, en este milenio, hiere la sensibilidad del ser humano, pero así mismo le enriquece. En uno de esos pasajes en que me hallé navegando tropecé con un estudio realizado por Evodio Escalante acerca del Poeticismo, en donde menciona que "Entre la memoria y el olvido hay una tercera zona, la del limbo, un ámbito habitado por fantasmas que nadie reconoce (…)", con esto doy inicio a un artículo sobre un libro que me llegó a las manos: Tierna Ficción, del escritor ecuatoriano Diego Velasco Andrade.

A Diego Velasco lo conozco como hacedor de poemas, varios libros, entre ellos: Cordeles, Alquimias, El poema no es un libro de poemas; es por eso, que su novela: ¿El poeta ha muerto? y este compendio de cuentos cortos sorprende por la manera de ingresar a la literatura, por todos los huecos posibles, desbordando todas las pasiones que se generan en el ser humano. Una carne debeladora de sensibilidades, un uso adecuado del lenguaje. Entonces, admitiría que Diego Velasco no es un escritor sino un experimentador de las letras como placer artístico.

Y sin duda, Tierna Ficción es la máquina fabricadora de imágenes poéticas. Desde el primer cuento: leña circulante hasta el último imaginero descifrador de galaxias donde un día se marchó: Moisés en Gamínides.

Escudriño en Jorge Luis Borges, extraviado en este sensitivo libro, en el otro poema de los dones: “Gracias quiero dar al divino/laberinto de los afectos y de las causas/por la diversidad de las criaturas/que forman este singular universo”. Así, en este universo de la Nueva Vanguardia, donde una nueva sociedad comienza a emerger, Diego Velasco comienza a destituir a los clásicos géneros literarios, devalúa esos cánones donde se van formando palabras muertas, se rejuntan para formar un pozo ennegrecido por la repetición de lenguajes, esos clásicos géneros literarios que rasgan las piedras de la infelicidad y dan pie a la prematura muerte de la poesía.

Barthes explica que el cuerpo comienza a existir cuando se expone al vértigo y esta viene cuando siente repugnancia y rechazo por lo que le disgusta, Diego Velasco nos propone una nueva forma de escritura, sin aspavientos metodológicos, sentirse libres cuando nos encontramos sobre el lomo del cuento y divisar espacios vacíos, carátulas sin cuaderno, pies sin zapatos.

La historia busca al escritor, pasea serenamente por ciudades desconocidas, donde el ojo del escritor devasta la memoria. Es la 24 de mayo, donde leña circulante encuentra su forma. Un árbol estacionado en el mendrugo de la miseria, un tarro oxidado y la soledad que penetra en el sendero del escritor que presencia su expiración en el día, monótono. Diego Velasco se siente inducido en recoger las historias encerradas en los laberintos que deja esta ciudad vacía y solitaria e ir a escribir encima de los tejados, característica de los barrios del Centro de Quito.
Claro, sin dejar a un lado el Surrealismo, donde la imagen se sobrepone sobre la idea, en mar i sol las imágenes se reconstruyen, a medida que el lenguaje se vuelve versátil, libre y donde adquiera una voz por sí mismo, es ahí que el automatismo psicótico del imaginero da rienda suelta a las metáforas, retraigo pasajes del cuento: “Mar i sol… venía de una selva que alimentaba/con leche y miel/a los pájaros…/ un árbol donde pudiese acurrucar todos sus truenos”. Además, el cuerpo se vuelve una chistera de sorpresas donde el escritor retorna como un mago, Y un conejito de savia /se esfumó/de tu ombligo/de repente…

La obra que cada ser humano escribe, tiene concatenación en las ideas. Por eso, hago hincapié en el libro de poemas de Diego Velasco, El derrocamiento del lector, en el poema “Ojo avizor”: un coral es un celentéreo/ que vive con mucha luz/y flores bellas de canto melodioso/en el fondo del océano… Tierna Ficción vive entre la luz, donde un florero urdido de pentagramas canta solo, abriendo puertas e inaugurando un nuevo infierno.

El tímido Borges, por la cual se genera la narrativa de Diego Velasco, se acerca temeroso de sus líneas a un taller literario, en donde, un grupo joven de escritores, le reciben con tijera en mano, de a poco desordenan la sensibilidad de JL (Jorge Luis Borges). A lo largo del cuento nos sorprendemos con el progreso literario y el acompañamiento de los buenos versos de JL.

La preservación del ser está latente en el cuento Judy, un niña que mira la sombra en su espejo, su futuro radiante, bella y esos vericuetos por la cual se pasea el amor. Esta dualidad tan presente en los versos de Jorge Luis Borges (soy, pero soy también el otro, el muerto) aparece como la presencia mimética de la persona en los textos subsiguientes de Diego Velasco.

Así mismo, lo cuentos que siguen convergen entre la sorpresa, el humor y la poesía. García Márquez suicidándose ante un cuadro de Goya, Kipling desplegando ante nuestros ojos el cuento más hermoso del mundo. Moisés en Gamínides inhumanizándose en el paso de un planeta azul. Y concordando con la contraportada del libro: Tierna Ficción, tal como quisiera Cortázar, estos textos se dejan leer.

Este es el ficcionario mundo de Diego Velasco, el limbo, en donde ingresan todos aquellos personajes que por alguna extraña razón irrumpen en nuestros corazones, pero también están todos los marcados por el olvido y que se afanaron a levantar el puño contra los grandes tótems y peces gordos de la hora literatón ecuatorianísima.
No me queda más que abrir las puertas a este infierno poético donde Diego Velasco da una prueba más de ser uno de los escritores que fluye con rapidez hacia la media noche donde un humus cósmico desgarra la hechura de la sabiduría.





domingo, 13 de junio de 2010

¿LA MEMORIA DE INFANCIA O EL SUFRIMIENTO EN BUSCA DEL CONOCIMIENTO?


Caminaban los días y me enflaquecía de cuerpo y alma,
pues ésta de expansiva se tornó en encogida y recelosa;
mis ojos ya no lloraban, pero tampoco mis labios sonreían.
Por otra parte la concentración del alma me dio una cualidad que,
de seguro, no deben poseer los niños alegres:
me hice reflexivo…
Timoleón Coloma

Publicada en Lima en el año de 1887 y caracterizada por ser una de las novelas poco conocidas en el ámbito literario del Ecuador, Timoleón Coloma llega a ser una de las obras escritas, vinculadas al realismo social, más importantes en el corpus narrativo nacional.

La novela, como género literario, ayuda a rememorar un pasado vigente. Está claro que el origen y la función de la novela es el espacio donde el… [creador traduce, mediata o inmediatamente, la visión del mundo de un grupo, los valores, la época, la historia social, su tiempo] ; por eso, es importante estudiar el contexto social que encierra la novela de Carlos Tobar, con esto abarcaremos la relación existente entre Timoleón Coloma y nuestro espacio social.

Es indudable la relación que coexiste entre la memoria y la realidad sufrida en la infancia del autor. Carlos Tobar comenzó la realización de la novela cuando en su vida transcurrían 28 años. Esto lo podemos notar en su lenguaje natural y sencillo, fuera de los cultismos que se venían abocando desde tiempos atrás, con Carlos Tobar se cierra un ciclo de adornos en la letras ecuatorianas, el gongorismo español.

Regresando al contexto memorístico de Timoleón Coloma, la historia empieza en las aulas colegiales, donde el actante principal es recluido en una celda académica, llamada en esos tiempos establecimiento educacional. La institución como forma de poder, de castración mental –en estos momentos me viene la preciosa novela breve de Mario Vargas Llosa “Los Cachorros” y pichulita Cuéllar quien encuentra en el colegio la represión por parte de sus compañeros- así mismo, la familia como autoridad en uso del cuerpo de nuestro personaje.

Hay que tomar en cuenta que el discurso del poder en el lenguaje narrativo de Carlos Tobar se inmersa en el humor y la tristeza del recuerdo. Este poder que en las instituciones educativas está dado por el maestro (magister dixe), quien en sus ratos de locura pone reglas y crea violencia ejercida a base del castigo creando en sí dos tipos de adolescentes: el que sigue las reglas y el “perverso delincuente” que rompe la ley, así es como viene el llanto del huérfano de la libertad:


“¡Qué amarga es la primera noche de colegio! Mis compañeros
en pos del golpear de botas que se arrojan y del crujir de los
catres, se quedaron en silencio. ¡Qué triste silencio, Dios mío!
Acostéme, pegue la cara a la almohada y la empapé en
ágrimas…”



El sufrimiento que es instrumento de conocimiento, que hace al individuo reconocerse como ser humano, que lo hace pisar en pie sobre la inmensidad de la tierra, asume su mundo y la llena de espiritualidad. En el encierro, además, Timoleón Coloma encuentra la otredad, comienza a conocer los distintos pensamientos de sus compañeros y el respeto que cada uno de ellos se lleva. Asume su condición de ser humano (simbólico). El dolor al separarse de su padre, la sumisión de su madre, el quebrantar al machismo resurge en él la condición de tal.





Ante esto, el alma bondadosa del amor asume su parte en la novela. Atalá (novela clásica de amor del escritor Chautebriand) le ayuda a crecer como ser humano consciente de la necesidad de conseguir una mujer para su cuerpo.


“Fuera de aquella niña de quien narré mi afición pasajera
contenida en los estrechos límites de mi cobardía y del
respeto infundido por los galanteadores que la circuían,
no amé a nadie de carne y hueso…”


El amor se reduce al campo del paso de los años (hacia los 21 años), la sensualidad y el uso de su cuerpo. El amor platónico como respuesta a sus creencias religiosas. Luego de la autoridad y su soledad viene la liberación en el hecho de la transgresión de la leyes: el tabaco, el alcohol, la vida bohemia; en sí, el hombre adulto.

Carlos Tobar en su pequeña obra (100 páginas) encierra las etapas por la que vive el ser humano. Desde la niñez, su vulnerabilidad, su crecimiento y su adaptación a la vida y el destino final como única salida.

martes, 8 de junio de 2010

NUEVA NARRATIVA LITERARIA



Talleres Literarios CCE
Lugar: CAFELIBRO,Quito
Martes 8 de mayo,19 horas