domingo, 18 de diciembre de 2011

UNIDO A LA PALABRA DE ALFONSO CHÁVEZ

POR UN CORDÓN DE SUEÑOS



1. EL ENCUENTRO CON EL POETA

Jamás olvidaré las palabras con las que Rafael Larrea describiría la partida de Alfonso Chávez Jara, y que permanece plegado en ese libro póstumo, sumamente bello, Instantes:


“Y, yo qué hago, cómo verso, cómo escribo en letras mínimas y sólidas este inmenso tierno mar con el que quiero nombrarte, hermano poeta, hermano interminable. ¿Cómo inaugurar un mar de lentejuelas que te recuerden para siempre? Qué frágil es el ser, la palabra, la muralla, el tiempo”


Pero, ¿Quién era Alfonso Chávez Jara? ¿Por qué se mantuvo por mucho tiempo en silencio sus palabras? ¿Qué, de una isla en nuestra lírica?... Es por eso, que mi búsqueda por la vida y obra de este poeta se convirtió en una obsesión. De ahí que aterricé a una antología, de formato pequeño, de la editorial K-OZ, que en su interior, tibias páginas nos recuerdan la palabra poética, los sueños que Alfonso Chávez ovilló desde su Riobamba, fría ciudad que alberga a los cóndores, la cuidad que propaga una variedad cultural hermosa. Aquella ciudad que aletea con las nubes y nace bajo las brumas sedientas de la poesía:


“Desciendo en mi potro/ de poeta,/ con la autoridad de una perdiz/ en un trigal ganado,/ para deciros,/ piedras coloradas,/ enamorados ponchos vigilantes…”


Alfonso Chávez nace un 5 de diciembre de 1956, en Villa La Unión, desde pequeño, llevado de la mano de su madre nace niño al poema, como resalta el poeta Diego Velasco. Realiza sus primeras lecturas, pero es en la adolescencia, en plena etapa colegial que la luz del poema, y la tortura que torna a su espíritu en una búsqueda incesante por la libertad del ser humano, conocedor que el arte es el medio más eficaz para hacer de la palabra una piedra que se levanta como opción de vida.







Publica su primer libro de poesía (joven e irreverente), cuando cursaba su juventud en el Colegio Pedro Vicente Maldonado, en esta etapa, el adolescente poeta era ya un luchador por las causas sociales, fue dirigente estudiantil, además del gran proceso, en fin de las artes populares, que con el tiempo devendría en la editorial VIVAVIDA. Dice Diego Velasco de este primer libro: “Poesía semilla, poesía indigenista repleta de quichuismos… poesía de un adolescente aficionado a cantar…” . Por otro lado, Pablo Yépez Maldonado anuncia: “No renuncia a la experimentación, no desmaya en su viaje hacia el fondo de las palabras y la vida”.


Podemos ver en estas dos lecturas que la personalidad de nuestro poeta está caracterizada por la precocidad en la imaginación poética, como también un conocedor que el lenguaje toma vida en el verso. Si bien, la riqueza léxica, coloquial en el discurso literario tomó eco importante en la Generación del 30, Alfonso Chávez revela en el lenguaje un modo de vida de los campesinos, nos muestra un referente geográfico. Con esta preocupación que se sumillará en los posteriores poemarios nos muestra un momento histórico en la que habitó, nos hallamos en los años 70.


Este, su primer libro, anuncia un poeta que quiere dialogar con su lector. Que configura una poesía distante a la retórica odiosa de “nuestros poetas canónicos”. Una poética común a sus ancestros, a su vida cíclica, una poética que se reencuentra con sus raíces.






2. ¡Vamos compañeros, adelante!/ La hora de llegar al mar/ se acerca.

POR UN CANTO DE VUELO FIRME

Libro publicado por la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), en el año de 1980, época en que el compromiso estudiantil no se detentaba en los poderes políticos, sino en las ideas revolucionarias claras y firmes.


Y son con estos versos que inicia el libro de poemas: “Traje/ mis propios pies/ a esta tormenta,/ mis manos/ a vivir/ esta alegría”. Un estudiante emigrante de la fría Riobamba, que había llegado a la capital a estudiar derecho, necesitado de imágenes libres y generadoras de un diálogo social, integra las líneas del Frente Revolucionario de Izquierda Universitaria, imbuido de las ideas libertarias de Salvador Allende, de la Revolución Cubana, El Che Guevara, activistas indígenas, como Dolores Cacuango, a quien dedicaría uno de los maravillosos poemas: “…páramo y piedra,/ todas las alegrías de la tierra/ en tu anaco,/ son alimento fino de nuestro alegre canto”. Nunca la tristeza. Nunca la sumisión. Si el vuelo. Si el canto: “Comunera,/ tu vida es el espejo,/ y lo que vos hiciste/ no podrán ocultarnos,/ aquí estamos nosotros/ Dolores mensajera…”


Canto de vuelo firme reflexiona un tema esencial: la noción de historia. La condición del indio como un ser andino. Esa incesante búsqueda de las raíces, de su identidad: “No conozco más país que el mío,/ este verde país… seco y volteado”. Pero también, la ternura es parte de su búsqueda ante el afán de vivir dignamente. Así, la quinta parte del poemario puertas adentro, la mujer es esa ausencia amatoria: “no pudimos/ bajar de tu vientre/ un hijo,/ una caracola,/ una mariposa,/ que abrigue con sus alas nuestras únicas vidas”.


Poesía comprometida con la propia palabra poética. En Proclama, Alfonso Chávez demuestra el quehacer estético: “Cuando yo digo:/ cielo,/ bandera al viento,/ ordeno tu destino”. Versos que nacen de la palpitación imaginativa, reflejando varias facetas en su discurso poético.


LA NOCHE, UN SUCESO EN LA POÉTICA DE CHÁVEZ JARA


“La nochura/ Ha venido a gitanearme,/ a recorrer chasquidos/ hueco adentro…” así nace, la segunda etapa de Chávez Jara. Primero, con la conformación de la editorial VIVAVIDA, que generó un diálogo entre los autores de poesía con la sociedad, varios nombres pasaron por este sello; entre los que nombro: Miguel Ángel León, Javier Ponce, Iván Oñate, Iván Carvajal, Rafael Larrea, entre otros. Pero, en 1983, aparece Inquilina noche, según confesiones del autor, este libro: “fue un cuaderno de ejercicios, de divertimentos y preparación…” . Este ejercicio, parecido a la experimentación de Vallejo: “Rumbbb...Trrrapprrr rrach...chaz”, de aquel Trilce esperanzador, que lleva a una metapoética: “Cerrojos chirrrrrrrrían/ Almadentro”, se reflexiona el papel del lenguaje poético en el poema.


Así mismo, en 1989 sale a la luz La medianoche sacude la memoria, en este espacio, la experimentación sigue siendo una obsesión en Alfonso Chávez. Capaz de innovar la forma del poema con un elemento esencial, la noche. Pero no deja su crítica hacia el status quo, sino una búsqueda existencial de los cuerpos, en ese abandonado campo: “Se despertó la noche cuando la luna ya sacada su tillo se elevó hasta tocar la palma de mi mano…”. La noche es ese cuerpoestertor, cuerpobohemia, donde descargar su furia.


EL CORDEL HACIA EL POEMA INCONCLUSO


En los años ochenta, Alfonso Chávez Jara, con poetas riobambeños crea el grupo literario Sacapuntas, esto se da en pleno boom de los talleres literarios, donde funde la poesía con diferentes artes, hablamos de la danza, la música, la pintura, todo con el objetivo de popularizar la creación. Para estos años, es presidente de la Casa de la Cultura, Núcleo del Chimborazo, siempre con su cuaderno en donde permanecerán por largo tiempo guardados sus poemas, que luego devendrán en un hermoso libro, denominado Instantes, aquellos poemas de su vida, de su amor, y de su muerte.


Y en el final del poema Amantes, como una profetización escribiría: “Ser pilotos de una nave/ sin brújula y destino…/ Tachar un nombre querido/ de nuestras libretas porque sí/ porque ha muerto”. En 1991, en una nochebohemia, nochedestartalada conjugado con la política, en un accidente de tránsito, es donde se apaga la voz de Alfonso Chávez Jara. De ahí, que su libro póstumo Instantes se convierta en ese continuar del poema inconcluso, el que no encuentra un fin, dando trascendencia a esa búsqueda maravillosa de la libertad.

EL ETERNO RETORNO HACIA EL POEMA QUE SACUDIÓ MI MEMORIA


Este 2011 se cumplen dos décadas de la partida de uno de los poetas y promotores culturales más importantes que ha dado nuestra patria, Alfonso Chávez Jara, injustamente olvidado por algunos poetitas de mierda, como los llamaría Raulito Arias, el poeta que nos devino en su bicicleta de sueños, aquellos bates de béisbol y de comarca que han desvirtuado nuestra real literatura, en nombre de la “crítica sofisticada y académica”, tratando de cuidar su imagen de escritores universales, conllevan una pedantería, por eso Alfonso Chávez escribiría: “ocuparé el nombre suburbano/ de una lata vacía/ hasta constatar que el camaleón es un pensador profundo…”. Siempre irónico nuestro querido poeta. Irónico en esa tristeza en que se allanó su vida.


Y por eso, por recuperar su poesía, con apoyo estudiantil de la Universidad Central del Ecuador, donde los pasos de Alfonso Chávez, y de su esposa, María Eugenia caminaron por un Ecuador justo, igualitario: “Inevitablemente,/ mis párpados/ son dos pájaros quemantes/ aleteando recuerdos/ en el rincón más próximo / de tus modos benditos/ confinados/ en este pecho/ imposible de enfriar…” así era el canto de Alfonso. Bello. Radical. Preciso en sus palabras. Se realizó el I Concurso Universitario de Poesía Alfonso Chávez Jara, con un festival donde poetas jóvenes se dieron cita a una fiesta, imantando alegría entre esa nostalgia que fue el recuerdo de la tanta vida y jamás… nostalgia del haber hurgado la ternura de Alfonso Chávez Jara, pero siempre con la cabeza en alto, ejemplo de nuestro querido poeta.


Esperando continuar con el concurso y el festival, siempre con las dificultades propias de un país, donde la falta de apoyo a las actividades culturales prevalece, pero con el corazón en la mano luchar… vivo ejemplo de ese canto en vuelo firme


Solo puedo decir: salud por Alfonso, porque tengo fe en su poesía, porque tengo fe de un Ecuador justo…

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