sábado, 22 de mayo de 2010

SE ALQUILA DENTADURA PARA ASNOS






















catorce

abandonar nuestra piel Desgajarla en el olvido Mancillar las alas al silencio taciturno fermentado en la borrachera que nos corroe

abandonar nuestra piel Tatuarnos la tristeza en el seno que recorre las aguas del suicidio

SOCORRERNOS
levantar nuestros labios al cielo
desistir al sol varado en mi resaca

abandonar nuestra piel Sollozar la escritura en el poema Derrumbar tus labios en mi piel dormida Amanecer en tu ojo izquierdo Beber el vino de tu sexo Lamer las gotas que cercenan en la lágrima del cadáver ebrio

ABANDONAR NUESTRA PIEL
Tatuar mi alma en tu muerte joven

Dejemos abandonados los cigarros en los bares busquemos en dios nuestra desgracia condenarnos en el verbo aprender a morir en la palabra

Rastreemos nuestro espacio…

















quince
Una hondanada de llantos cavan nuestra piel, invierten el círculo del fuego en el agujero que arrecia fragmentos díscolos de ataúdes solares
Entran en la escena que imprime callos desiertos. LA CIUDAD ACECHA CON SUS OJOS CERCENADOS. El gato maúlla su chubasco y pretende clavarse en mi labio reseco. H/u/y/o por el patio trasero que me lleva a bulevares arrancadas de pasión. Paseo mi mirada y la lontanaza se mofa a lo lejos

LA NOCHE DESCLAVA SUS MANOS
y abraza mi rostro
amordazo mi carne

soy un hueso en el poema

El círculo encadenado a la mujer desnuda se libera de su vicio y toma camino al norte, benévolo descuartiza su aflicción en la locura, acorrala sus palabras necias a la muerte joven

encuentra al suicidio en la esquina de la acera, recuerdan sus sillas vacías, su licor
borracho. se abrazan en la escritura
Retozan sus zapatos vacíos en la madeja del recuerdo
toman su vaso y deparan la angustia
una sábana con arrugas arremete en contra sus cuerpos

- ¡Cuidado! Exalta la poesía
- No tienen lápida donde recrear su lenguaje

I
Te condeno clavar la cruz en mi pecho
develar mi angustia en sueños lacerados
perpetuarme en la pena
que sigue nuestro camino
desgajar mi falo
en el cadáver que me habita

condenarme en la luz

II

Fui tu nombre en el silencio
grité mi borrachera en la sangre desecha en tu lengua
lloré tu nombre en nombre de los cielos
deshice tu arena junto al zumo de la agonía
grité tu nombre
mientras tú no acababas de nacer

III

Estás en el poema
el poema se abandona a sí mismo
estás en el poema
un poema que nace suicidado

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