miércoles, 13 de julio de 2016

Reflexión en torno a Rebeliones al filo de una sinfonía.



Pensar en el ser humano moderno me hace regresar la mirada al proceso que en que se ha internado la sociedad con la tecnología, es interesante mirar la dinámica dialógica que las redes sociales mantienen con la sociedad. A cada segundo los seres tecno-poéticos suben, comentan o comparten imágenes en la red, así pensar en ese ser humano “moderno” me (re)crea la noción de cuerpo, sino como imitación o instrumento de un metalenguaje en procesos de una manifestación multidimensional: una vida de ficción, dejando a un lado el verdadero pensar poético. Vale reflexionar la pregunta que Roman Jacokbson se hiciera ¿qué hace que un mensaje sea poesía? Esta pregunta se hace clave ante los cambios que se generan en el pensar del ser humano sobre los nuevos aparecimientos de arquetipos y la reconfiguración de la escritura relacionando lo físico y lo virtual.

Lo cierto es que la tecnología se ha combinado con el lenguaje para dar cierto movimiento: fotografías, videos que han inaugurado nuevas narrativas, formas no lineales para generar nuevas lecturas en nuevos espacios, pero también rupturas que dan nuevos sentidos al acto poético. Esta idea de postmodernidad que comparte la idea de experimentar con el lenguaje, o como nominaría Nicanor Parra, los artefactos poéticos, rehace una poesía de la imagen y de la metáfora.

Libro que obtuvo el Premio de Poesía Jorge Carrera Andrade


Así, la vanguardia ha buscado en los fonemas la rebelión de la poesía ante la técnica. Mediante la música crear imágenes para encontrar al ser humano abandonado en el pasado, y es importante hilar mediante imágenes los puntos de ese atrás para acaecer en eterno retorno. Así se rebela el nuevo libro de Freddy Ayala Plazarte, Rebeliones al filo de una sinfonía, publicado en Argentina.

El libro se divide en cinco cuadernos. Inicia el sonido para llegar a la música: “al amanecer/ acudía a olvidar/ su osamenta en la estera de paja./ Silencio”. El silencio que no tiene fin sino que hila los fragmentos en la melodía y en su constante devenir hacia el pasado, a la reconstrucción de un cuerpo y dejar signos en la piel.

La escritura que retoma Freddy Ayala Plazarte es una escritura del símbolo. El zapato, aquel que utiliza el abuelo en el campo y que retorna en el del hijo en la ciudad genera una imposibilidad en la poesía, el cuerpo ingresa en un proceso de formación donde el ser humano no puede ser signado sin la técnica ni la escritura. E aquí el meollo de la poética: el éxodo de la infancia intentando abrir lo candados de arena.

La vejez del sonido, en Ayala Plazarte, inicia desde la recuperación de los manuscritos infantes para terminar en los relatos orales, en la ausencia de la vejez. El poema como imagen del páramo (lenguaje), como el hogar donde el poeta se transforma en fragmento. Hay que recordar que varios filósofos iniciaron esta reflexión, en Nietzsche el lenguaje sería una prisión de la cual los seres humanos no pueden escapar; o, en el decir de Heidegger, la morada de su ser. Los seres humanos habitan en el lenguaje, Ayala Plazarte, el páramo.

Recuerdo leer en una reflexión del poeta chileno Héctor Hernández sobre la frase: “El fin de la civilización es el fin del lenguaje” Ayala Plazarte entiende que los modos de comunicar poesía trasciende la búsqueda del ser humano de indagar su lenguaje, dentro de una época donde las artes escénicas nos han invadido y han convertido al lenguaje en una experimentación, por eso el poeta entiende al poema como un Kipu: signo y subjetividad explorando lo más profundo de la soledad. El recuerdo como la angustia de libertad.

Rebeliones al filo de una sinfonía es un poemario rebelde ante esas nuevas formas tecno-poéticas de presentar la realidad. Ayala nos devuelve una esperanza en la lucha de retornar a ese atrás. Une los puntos y vuelve los ojos hacia la línea del pasado.

Este libro entiende que la palabra y la música tienen una relación intrínseca; la primera está ligada a la luz; la segunda se manifiesta en el abismo de la noche, allá en el fragmento del tiempo: “el habla pudo dibujar lo acústico de las ideas”. Ayala entiende que el atrás lleva música en su expresión. El habla, el zapato abandonado, la abuela y su trenza esperando recibir el abrazo de la tierra, la imagen tiene el canto incomprensible. En la voz de los andes, en la voz del indio, del pasado enfrentándose a la modernidad que estanca al ser humano. En la poesía de Ayala hay historia. Una poesía dialéctica.


Lleno de sentidos Rebeliones al filo de una sinfonía nos da la posibilidad de dialogar, de construir, de crear, nos entrega un mundo heterogéneo en que se desarrolla la creación poética y le da un sentido a la vida.

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