Pensar en el ser humano moderno
me hace regresar la mirada al proceso que en que se ha internado la sociedad
con la tecnología, es interesante mirar la dinámica dialógica que las redes
sociales mantienen con la sociedad. A cada segundo los seres tecno-poéticos
suben, comentan o comparten imágenes en la red, así pensar en ese ser humano
“moderno” me (re)crea la noción de cuerpo, sino como imitación o instrumento de
un metalenguaje en procesos de una manifestación multidimensional: una vida de
ficción, dejando a un lado el verdadero pensar poético. Vale reflexionar la
pregunta que Roman Jacokbson se hiciera ¿qué hace que un mensaje sea poesía?
Esta pregunta se hace clave ante los cambios que se generan en el pensar del
ser humano sobre los nuevos aparecimientos de arquetipos y la reconfiguración
de la escritura relacionando lo físico y lo virtual.
Lo cierto es que la tecnología se
ha combinado con el lenguaje para dar cierto movimiento: fotografías, videos
que han inaugurado nuevas narrativas, formas no lineales para generar nuevas
lecturas en nuevos espacios, pero también rupturas que dan nuevos sentidos al
acto poético. Esta idea de postmodernidad que comparte la idea de experimentar
con el lenguaje, o como nominaría Nicanor Parra, los artefactos poéticos, rehace
una poesía de la imagen y de la metáfora.
Libro que obtuvo el Premio de Poesía Jorge Carrera Andrade
Así, la vanguardia ha buscado en
los fonemas la rebelión de la poesía ante la técnica. Mediante la música crear
imágenes para encontrar al ser humano abandonado en el pasado, y es importante
hilar mediante imágenes los puntos de ese atrás para acaecer en eterno retorno.
Así se rebela el nuevo libro de Freddy Ayala Plazarte, Rebeliones al filo de
una sinfonía, publicado en Argentina.
El libro se divide en cinco
cuadernos. Inicia el sonido para llegar a la música: “al amanecer/ acudía a
olvidar/ su osamenta en la estera de paja./ Silencio”. El silencio que no tiene
fin sino que hila los fragmentos en la melodía y en su constante devenir hacia
el pasado, a la reconstrucción de un cuerpo y dejar signos en la piel.
La escritura que retoma Freddy
Ayala Plazarte es una escritura del símbolo. El zapato, aquel que utiliza el
abuelo en el campo y que retorna en el del hijo en la ciudad genera una
imposibilidad en la poesía, el cuerpo ingresa en un proceso de formación donde el
ser humano no puede ser signado sin la técnica ni la escritura. E aquí el
meollo de la poética: el éxodo de la infancia intentando abrir lo candados de
arena.
La vejez del sonido, en Ayala
Plazarte, inicia desde la recuperación de los manuscritos infantes para
terminar en los relatos orales, en la ausencia de la vejez. El poema como
imagen del páramo (lenguaje), como el hogar donde el poeta se transforma en
fragmento. Hay que recordar que varios filósofos iniciaron esta reflexión, en Nietzsche
el lenguaje sería una prisión de la cual los seres humanos no pueden escapar;
o, en el decir de Heidegger, la morada de su ser. Los seres humanos habitan en
el lenguaje, Ayala Plazarte, el páramo.
Recuerdo leer en una reflexión del
poeta chileno Héctor Hernández sobre la frase: “El fin de la civilización es el
fin del lenguaje” Ayala Plazarte entiende que los modos de comunicar poesía
trasciende la búsqueda del ser humano de indagar su lenguaje, dentro de una
época donde las artes escénicas nos han invadido y han convertido al lenguaje
en una experimentación, por eso el poeta entiende al poema como un Kipu: signo
y subjetividad explorando lo más profundo de la soledad. El recuerdo como la
angustia de libertad.
Rebeliones al filo de una
sinfonía es un poemario rebelde ante esas nuevas formas tecno-poéticas de
presentar la realidad. Ayala nos devuelve una esperanza en la lucha de retornar
a ese atrás. Une los puntos y vuelve los ojos hacia la línea del pasado.
Este libro entiende que la
palabra y la música tienen una relación intrínseca; la primera está ligada a la
luz; la segunda se manifiesta en el abismo de la noche, allá en el fragmento
del tiempo: “el habla pudo dibujar lo acústico de las ideas”. Ayala entiende
que el atrás lleva música en su expresión. El habla, el zapato abandonado, la
abuela y su trenza esperando recibir el abrazo de la tierra, la imagen tiene el
canto incomprensible. En la voz de los andes, en la voz del indio, del pasado
enfrentándose a la modernidad que estanca al ser humano. En la poesía de Ayala
hay historia. Una poesía dialéctica.
Lleno de sentidos Rebeliones al
filo de una sinfonía nos da la posibilidad de dialogar, de construir, de crear,
nos entrega un mundo heterogéneo en que se desarrolla la creación poética y le
da un sentido a la vida.
:p BUENA BUENA JOVEN
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